Diego Armando Maradona


Promediaba el segundo tiempo. Argentina ganaba en un cómodo partido, jugaba contra un país europeo de segundo nivel. El juego que desplegaba la selección, era muy convincente.
El mundial de 1978 que se realizaría en la Argentina estaba cerca. Todo el país vibraba de entusiasmo contagioso, prácticamente no se hablaba de otro tema.

Serian como unas merecidas vacaciones para un país que vivía tiempos tormentosos y, los argentinos, parecían ya acostumbrados a las malas noticias.
Se produce una falta y el juez interrumpe el partido.
- Mira, Menotti va a hacer un cambio -, escucho decir a mis espaldas.
Nuestra ubicación, demasiado arriba en la tribuna, no hacía ver a los jugadores como chicos de la novena.
Uno de ellos, que parecía el más chico de los chicos, hacia precalentamiento en el borde del campo de juego e Ingresa acompañado por una estruendosa ovación.
-Dieguito -, me contesta como dando algo por sobrentendido.
El país futbolero, lo tenía bien registrado, yo no.
Sin importarle los miles de ojos que se incrustaban en el, marco su debut en la selección nacional. Su primer gran sueño se había realizado.

No exhibió la magia que después fue su icono, pero dejo traslucir su indiscutida presencia con y sin pelota, su visión del campo de juego y, la solvencia y seguridad que solo pueden exhibir los que saben de verdad.
Lo que sucedió después y solo quiero hablar de sus éxitos futbolísticos, son parte de la historia del fútbol mundial.

Otra vez MARADONA vuelve a ser noticia mundial. Su designación como técnico de la selección mayor corrió como un reguero de pólvora por todos los medios del mundo,
Por que el?, es la pregunta de muchos. Sus antecedentes como técnico no lo acreditan para semejante cargo y, debe ser la primera vez en la historia del fútbol argentino, que alguien ocupe ese cargo sin contar con antecedentes que lo justifiquen.
Para entender esta designación, primero hay que ser Argentino y segundo haber sido testigo de su trayectoria como futbolista.
Cuando intento explicar su escasa fortuna como técnico, hago una caprichosa semejanza con las habilidades gastronómicas de mi madre. Así son sus recetas, imposibles de reeditar sin tener el ojo y el instinto de alguien especial. Tal vez a Maradona le ocurrió esto.
Como enseñar el instinto, el olfato, el sentido de la oportunidad, la visión del campo de juego a la manera de los ajedrecistas que pueden visualizar las posibilidades futuras de sus jugadas?
Como trasmitir el sentido de presencia en la cancha, y liderazgo natural intimidando al adversario solo por estar allí?
Como trasmitirá a sus compañeros, seguridad y confianza para provocar en ellos el máximo de rendimiento que sus habilidades le permiten?
Todo eso era Maradona como jugador y por eso, fue lo que fue.
La selección argentina está atravesando por una racha que no condice con sus antecedentes y calidad técnica de sus integrantes. Las razones de tan pobre rendimiento, será difícil atribuírselas a un técnico, que ya ha demostrado capacidad sobrada para el cargo.

Maradona llega para hacer magia, para contagiar espíritus, para crear esperanza. El sabe que los resultados deberán llegar pronto.
Asumir semejante responsabilidad, en este momento crucial, dejando atrás su cómoda y tranquila situación que le permitía disfrutar de su popularidad, sin tener la presión de producir resultados, también lo califica.